Un apacible viejo, que siempre se queja del tiempo presente y alaba el pasado, me decía en una ocasión:
Amigo, Francia no es tan rica como lo era en tiempo de Enrique IV. ¿Y por qué? Porque no están los campos bien cultivados, porque faltan brazos para la labranza; porque al encarecer los jornales, dejan muchos colonos sus tierras sin labrar.