Los problemas del alma no se curan con medicamentos.
Este escrito no es resultado de estudios en la academia, no encontrará terminología
psicológica ni médica que, aunque la conocemos y pasamos por las aulas, no
queremos llenarle de sabiduría en la letra, tampoco pretendemos demostrar que
culto o sabio es el autor.
Es más bien el resultado de vivir, caminar, aconsejar, fracasar y emprender, todos los
días estrategias para salvar a una generación de hijos, sobrinos y nietos.
Es la experiencia de ver jóvenes salir adelante, estar con ellos en la trinchera y
caminar con ellos en medio del combate, fracasar con muchos de ellos, asistir a sus
entierros o lugares de prisión, ver en la cara de sus padres el dolor de evidenciar el
fracaso de su modelo educativo, no tener respuesta después del tratamiento
psicológico y no encontrar alivio en la medicación.