Poemario: Treintaytres
Este poemario nació de una simple necesidad de comunicación durante la pandemia. Era mayo de 2021, y al planificar la celebración de mi cumpleaños número 33, supe que, como todos, tendría que celebrarlo de forma virtual. Sabía que la incertidumbre seguiría acompañándonos, y fue en ese contexto donde surgió este proyecto: Treinta y tres poesías. Pedí a 33 amigos que me enviaran un título de una poesía que les viniera a la mente, y me comprometí a escribirla a lo largo del año. La forma en que compartiría cada poema variaba, dependiendo de las circunstancias del momento: a través de una videollamada, una llamada telefónica, un mensaje de voz o un correo. Así fue como, en tan solo tres semanas, tenía los 33 títulos. Para mí, cada uno de ellos fue un detonante. Siempre he creído que un poema empieza con su título, y en esta ocasión, no tenía más que esa chispa inicial para encender el proceso creativo. Fue la ayuda que necesitaba.
Durante 12 meses me dediqué a escribir, entregando entre tres y cuatro poemas por mes, cada uno con su propio toque especial. Si me preguntaran qué fue lo más difícil, la respuesta es sencilla: empezar. Mi primer poema fue un reto formidable. Me recordó a mi niñez, pero nunca imaginé que podía escribir poesía sobre un personaje. Incluso descubrí más de lo que había conocido. Fue un proceso largo que tomó 20 días, pero una vez que logré superar ese primer obstáculo, la lírica comenzó a fluir con naturalidad. Y así nació este poemario.
Lo que comenzó como un acto de comunicación personal y una celebración mensual de mi cumpleaños, se convirtió en algo mucho más grande. Logré conectar con amigos de diferentes partes del mundo, y en este 2021 tan atípico, encontré una forma de unirnos, de compartir nuestra luz en medio de la oscuridad. Buscando el sol, como lo hace el girasol, pude celebrar la vida, la amistad y la poesía.