EL ESCUDO DE MI ROSTRO
Lo que aquí presento es una poderosa herramienta, la base, que me sirvió para iniciar el proceso de sanación, entender y aceptar mi síntoma, en este caso la rosácea. Esto, lógicamente no ha sido de un día para otro, ni tampoco ha sido algo en concreto, han sido más de tres años de terapias, formaciones, prácticas, cursos…para llegar a conocerme perfectamente y poder liberar aquello que me estaba haciendo daño.
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