SANAR PARA CRIAR
La maternidad llegó a nuestra vida para enseñarnos lo valientes que somos, pero también para encontrarnos con la sombra más oscura nunca antes vista.
Con ella descubriste que eres capaz de reconocer qué es lo que tus hijos necesitan a través de un llanto específico, te sentiste bendecida por un regalo inmerecido, pero también descubriste que a medida que iban creciendo tu tolerancia y empatía estaban en peligro. Te enfrentaste a grandes miedos, incluso en algunos momentos pensaste que no estabas aún preparada para ser madre.
Sin embargo, estás leyendo estas palabras, tal vez en búsqueda de una herramienta que te convenza de que YA ERES la madre correcta para tus hijos.
En estas cuatro semanas no pretendo darte una varita mágica, pero sí quiero que descubras lo mágica que puede ser la crianza como camino hacia tu propio desarrollo, no solo como madre sino en todas las áreas de tu vida.