¿Qué es la validez del contenido?

La validez del contenido se refiere a la exactitud, confiabilidad y relevancia de la información presentada en un medio que se utilice para comunicar. Su precisa determinación es fundamental para cualquier tipo de comunicación, desde los trabajos académicos hasta las campañas de marketing.

Se trata de un concepto clave en la investigación, la educación y la publicación de información, ya que asegura que los datos y la información compartidos sean precisos y útiles para su propósito.

La validez del contenido se determina examinando el contenido y su relación con los objetivos de la evaluación. Su resultado es una medida que se refiere al grado en que la evaluación refleja el conocimiento y las habilidades que se miden.

Además, para una correcta evaluación de la validez del contenido, es necesario que todos los elementos de una prueba sean relevantes para lo que se está midiendo.

¿Cómo se determina la validez del contenido?

La validez del contenido se puede determinar mediante la revisión de las fuentes utilizadas, la evaluación de la objetividad del autor, el contexto en el que se creó, el propósito del contenido y su precisión, además de la comparación con otras fuentes de información verificables.

También se puede evaluar la coherencia interna del contenido y su consistencia con los principios científicos y teóricos establecidos o con procesos externos como la opinión de expertos, el análisis de datos y la revisión por pares.

¿Cuáles son las formas de validez?

En 1954, la Asociación de Psicología Americana (APA) estableció que existían cuatro formas de validez:

Validez concurrente: mide la correlación entre una prueba y una medida conocida. Es de uso frecuente en educación, ciencias sociales y psicología.
Validez predictiva: se utiliza para concluir si una determinada medida puede predecir resultados futuros. Se recurre a este tipo de validez, por ejemplo, en pruebas psicológicas para predecir el comportamiento futuro.
Validez del contenido: se centra en la precisión del contenido. Es el método que se utiliza para evaluar la calidad de la investigación académica o para determinar la relevancia de un mensaje de marketing.
Validez del constructo: su uso se enfoca en medir la precisión de un concepto o constructo, como la inteligencia o la autoestima. Su aplicación más relevante es en la investigación, ya que garantiza que los datos utilizados son confiables y válidos.

¿Cuáles son las características de la validez?

Las características de la validez de contenido incluyen aspectos como:

Precisión: se refiere a la exactitud de la información presentada. El contenido debe estar libre de errores y de material irrelevante, también debe estar actualizado.
Fiabilidad: tiene que ver con la consistencia de los datos y la capacidad de los resultados de ser reproducidos sin que se produzcan alteraciones.
Objetividad: un contenido objetivo requiere de la ausencia de prejuicios, de sesgos de género, étnico, cultural o religioso, y miradas parciales.
Relevancia: significa que el contenido es relevante para el contexto. Es importante asegurarse de que el contenido sea relevante para el tema con el fin de proporcionar una comprensión completa.
Confiabilidad: significa que el contenido es consistentemente preciso y creíble. Es importante garantizar que los datos y la información utilizados en la investigación u otras formas de comunicación sean fiables.
Credibilidad: los contenidos de fuentes fiables y creadores creíbles logran conseguir el fin de mantener la confianza de los lectores.

¿Es posible medir la validez del contenido?

En esencia, la validez de contenido es cualitativa y se enfoca en conocer si determinado proceso o elemento, suma o resta valor a una evaluación o a un programa. Sus conclusiones se basan es estadísticas por lo que se considera un método confiable.

Ejemplos tradicionales de este tipo son las encuestas, en las cuales se recogen una serie de datos y luego los especialistas procesan las respuestas y las analizan estadísticamente.

El método más usado para determinar la validez del contenido se denomina CVR – Content Validity Ratio de Lawshe y data de 1975. En líneas generales, su técnica consta de los siguientes pasos:

Recopilar datos de expertos en la materia: en este paso se determinan que características debe tener el contenido para ser considerado válido y se establecen una serie de escalas.
Calcular la tasa de validez de contenido: en base a parámetros preestablecidos se calcula el índice de validez de contenido (CVI) medio.
Determinar la validez del contenido: cuanto más cerca del 1 esté el CVI, se le confiere mayor valor.

Sin embargo, con este método la validez del contenido se reduce a ser una medida de lo apropiado o no apropiado de una muestra. Entonces, la pregunta más acertada será ¿esto para que sirve?

¿Cuál es la utilidad de la validez de contenido?

La principal utilidad de la validez de contenido es su capacidad de brindar una muestra de determinado ítem para después inferir si es representativa de un universo mayor.

En casos prácticos utilizamos la validez de contenido en:

Evaluaciones

Un examen o prueba tendrá validez de contenido si las preguntas se enfocan en los temas precisos y no en cuestiones irrelevantes. Un ejemplo en marketing es aprovechar el “hype” para mostrar aspectos relevantes de tu producto y luego evaluar cuál es el interés genuino en un próximo lanzamiento teniendo en cuenta temas precisos que recogerás de las interacciones con tus futuros clientes.

Creación de contenidos

Un contenido digital será válido si es replicado y tomado como referencia por expertos del área o también si cumple con los objetivos para el que fue creado.

Pruebas

En el caso del marketing podemos medir la validez de los contenidos analizando si las interacciones que se producen son las adecuadas y nos indican que la información ha cumplido con su objetivo.

Contenidos digitales ¿ cómo saber si son válidos ?

La creación de contenidos digitales ha explotado en la última década en todas las áreas. Las redes sociales, los sitios webs, las plataformas de servicios, las tiendas en línea, todo el ámbito digital es generador constante de contenidos.

VIDEO: 7 consejos para crear contenidos para redes sociales

Internet se ha convertido en una importante fuente de información para los usuarios de la web, cuya naturaleza es dinámica y está en constante cambio. No existen leyes o reglamentos que garanticen la calidad del contenido disponible en cada sitio web. Cuando un usuario publica información en la web, tiene el poder de determinar su formato, tema, imágenes, diseño, contexto, mensaje y texto.

Este proceso rara vez se somete a ninguna forma de filtrado, con la única aprobación del autor o editor responsable de la publicación.

¿Pero cómo saber si el contenido digital tiene la validez suficiente? ¿Quién se encarga de determinar la validez de contenido de un sitio web? La realidad es que no existen leyes o reglas para regular la calidad y la validez de los contenidos digitales.

Por esta razón la educación es tan importante, para que cada usuario tenga las herramientas para determinar la validez del contenido, de acuerdo a sus propios intereses.

Es importante tener en cuenta que, por más que en los sitios usen bloqueos para prevenir manipulaciones y fraudes, el mejor filtro es el cuidado que tienen los propios usuarios y que, además, es esencial que los usuarios sean críticos al consumir contenido online.

Examinar ciertos criterios al visitar Internet para obtener información puede ser una forma activa de evaluar la calidad y la validez del contenido. Estos criterios te ayudarán a determinar la validez de un sitio web y sus contenidos para proporcionarte una mejor indicación de la calidad de la información.

¿Cuáles son los criterios para determinar la validez del contenido en Internet?

Tanto los creadores de contenido como los usuarios digitales pueden utilizar estos criterios para determinar que la información consumida en internet es válida y cumple con los estándares necesarios para superar una evaluación de contenido.

VIDEO: 5 funciones que todo creador de contenido exitoso debe realizar

Autores especialistas

Saber quién es el autor de un sitio web es esencial para establecer su confiabilidad. Para averiguarlo, explora los links “contacto”, “quiénes somos” o “historia”.

Puedes constatar en estas secciones del sitio si, por ejemplo, hay autores que aportan sus enlaces a perfiles de redes sociales que te pueden permitir saber más sobre ellos, sus opiniones, las comunidades a las que pertenecen, etc.

Contenido adaptado

Un sitio web de calidad tiene objetivos de comunicación claros y además se dirige a una audiencia específica, para la cual crea el contenido. Este puede ser informativo, transaccional, comercial, etc.

Actualización constante

Es importante que un sitio de calidad se mantenga actualizado, ya sea mediante la publicación de nuevos contenidos o la gestión de una comunidad de usuarios. La frecuencia de las actualizaciones debe ser regular y adaptarse a la temática del sitio.

Objetividad en la información

La validez de contenido en los sitios web se define por el cumplimiento de su objetivo.

Por ejemplo, cualquier afirmación de ser “educativo” debe respaldarse con contenido que sea realmente educativo y no solo entretenido. Para mantener aún más su legitimidad, un sitio web no debería depender del exceso de publicidad o ventanas emergentes que distraen de la experiencia de lectura.

Precisión de los contenidos

El contenido de un sitio web debe escribirse en un estilo que sea apropiado para sus objetivos y audiencia. Las ideas deben expresarse claramente y, si se dan cifras, apoyarse en fuentes confiables. Las opiniones personales deben estar fundamentadas.

Fuentes de Información

Las fuentes bibliográficas también apoyarán la precisión y la validez del contenido. Por ejemplo, el fact-checking (verificación de hechos) y el evidence-checking (verificación de evidencias) son procesos de verificación y evaluación crítica de la información para determinar su exactitud y validez. El objetivo es identificar y corregir errores, distorsiones o información falsa y asegurar que la información presentada sea precisa y confiable.

El fact-checking implica la revisión y verificación de hechos o estadísticas específicas, mientras que el evidence-checking implica la revisión y evaluación de la evidencia científica y empírica que respalde una afirmación o teoría. Ambas prácticas son importantes para asegurar la calidad y credibilidad de la información presentada en medios de comunicación, investigaciones y publicaciones académicas.

Confiabilidad

Los sitios web que son confiables siempre pondrán a disposición fuentes bibliográficas si los temas discutidos lo requieren. Aunque las personas pueden publicar lo que quieran en su blog o sitio web, no debemos creer todo lo que leemos en Internet, ya que puede no ser cierto.

En el caso que tengas un sitio educativo, todo el contenido de tus cursos debe ser de buena calidad y basarse en información verídica. Gracias a esto las personas tendrán más confianza en tu sitio y en tus contenidos, especialmente si emites certificados de los cursos que dictas.

La validez del contenido en la era digital

En conclusión, la validez del contenido es un factor importante en cualquier forma de evaluación, incluso si estamos tratando de determinar si un sitio web tiene información confiable y segura.

En el ámbito digital, asegurar la validez del contenido puede ser un desafío, ya que requiere un examen cuidadoso del contenido y su relación con los objetivos de cada sitio.

Siendo la validez del contenido esencial para cualquier forma de comunicación, también lo es para los productos digitales ya que nos ayuda a saber si la información es confiable, precisa, relevante y creíble.

Si vas a comenzar con la producción de tu propio contenido digital para generar un negocio, te recomendamos que prestes atención a la validez del contenido y siempre ofrezcas información de valor, contrastada con fuentes confiables y bien estructurada. Si eres experto en algún tema, ya tienes medio camino hecho, así que sólo te faltaría conocer las herramientas que necesitas para convertir tu conocimiento en ingresos.

¡A emprender!